Envejecer
Se puede cifrar en más de diez años el tiempo en que el ser humano va a necesitar de sus padres de forma muy determinante para su supervivencia, al menos en el momento actual en que el desarrollo tecnológico y el tipo de vida, hacen a nuestra especie cada vez más dependiente en la época infantil; los niños de hace cien años y los pertenecientes a sociedades muy primitivas, tienen más recursos para enfrentarse a la naturaleza. El proceso de maduración del organismo para adaptarse al medio y alcanzar su plenitud, todavía seguirá hasta los veintidós o veinticinco años. Se puede decir que a partir de los treinta comienza la involución. Se irá haciendo notar “el desgaste” que, poco a poco, afectará a todo su organismo y que en su progresión, no se va a detener; le va hacer más vulnerable ante distintas causas que tarde o temprano van a vencerle y le van a llevar a la muerte.
Hay que entender pues, que durante unos años esa máquina que es nuestro cuerpo se va a ir perfeccionando hasta llegar a un máximo grado de maduración, para después ir deteriorándose progresivamente. Esto no es del todo cierto, pues como se ha comprobado, incluso en la infancia si están presentes determinados componentes genéticos, existen ya ateromas en las arterias propios del proceso de envejecimiento.
Aspectos del envejecimiento, son considerados por no pocas personas, como enfermedades, cuando son simple consecuencia de ese deterioro progresivo de nuestro organismo. Lo mismo que envejece nuestra piel, lo hace el resto de nuestro organismo aunque no lo veamos. Por ejemplo es normal el deterioro de las articulaciones con artrosis y molestias por poner un ejemplo. Esto no quiere decir que no debamos buscar alivio, pero considero que es importante el concepto.
Ángel Cornago Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Libre