domingo, 20 de octubre de 2013

Los años. Reflexiones para la vida cotidiana


Los años
Estamos entrando en el otoño y llega el invierno. Hemos pasado un año nuevamente, en el que, como en todos, a nivel personal, hemos vivido momentos buenos, y otros de preocupación e incluso de disgusto. Como grupo ha sido un año duro en lo social.
Cuando somos jóvenes tenemos ante nosotros una expectativa de vida larga, y así se suele cumplir por lo general. Estamos cargados de ilusiones, de proyectos, de ideales, de quimeras y de fuerza para conseguirlas. También, con frecuencia, de inconsciencia, de falta de reflexión, de agresividad, de falta de juicio reposado.
Cuando estamos en el invierno de nuestra vida, con casi toda la vida gastada y expectativas mas bien cortas sobre el porvenir, solemos volvernos prudentes, excesivamente prudentes, conservadores, excesivamente conservadores (y no me refiero solo en lo político), con falta de ímpetu y de proyectos. En cambio tenemos experiencia, la sabiduría que da el aprendizaje de haber vivido variadas y complejas situaciones, de haber reflexionado sobre el entorno, sobre el mundo y sobre la propia esencia del existir.
La primera fase, la de la juventud, es necesaria para empujar a la sociedad hacia el futuro, al cambio de estructuras caducas, al progreso, siempre que se haga con inteligencia y justicia.
Los que estamos en el invierno de nuestra vida, debemos sacudirnos el polvo de decepciones, sinsabores, advertencias, etc. que hemos ido acumulando por el camino, limpiar de telarañas la experiencia, esas telarañas de conservadurismo, de conformismo, de miedos, de asirnos a la seguridad, a lo establecido. Explotemos la sabiduría que dan los años de un vivir responsable, la experiencia sabia, llenemos de proyectos nuestra vida, de proyectos que trasciendan lo cotidiano e influyan en lo social. Hay que seguir vivos de sensaciones, con la inteligencia despierta y cultivada, aunque nuestra piel esté arrugada y nuestro paso  ya no sea  vivo ni firme.
Aunque así debe ser siempre, este país, en este momento, nos necesita a todos. No debemos seguir impasibles a lo que está sucediendo.
 Ángel Cornago Sánchez
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Libre