Alcohólismo.
Ángel Cornago
Sánchez
Hace bastantes meses, el grupo de “Alcohólicos anónimos” con motivo de la
celebración de su treinta y cuatro aniversario, me invitaron a participar en su
reunión para que les hablara de las repercusiones del alcohol sobre la salud.
Fui con mucho gusto.
El comienzo fue impactante: dos personas con dependencia hablaron con
crudeza ante un auditorio de unas cien, de su experiencia y sus sufrimientos
cuando habían estado consumiendo. El mecanismo beneficioso, es una psicoterapia
de grupo, un apoyo de todos los demás con su presencia y comprensión, ya que
han pasado o están pasando por situaciones similares. En realidad es una
catarsis que produce un efecto muy favorable y una motivación añadida para
seguir sin consumir, porque (hay que tenerlo claro), alcohólico se es para toda
la vida; hay que dejar el alcohol para siempre. Después habló un familiar, el
esposo de una señora alcohólica hoy en abstinencia desde hace mucho tiempo; su
relato fue muy ilustrativo y positivo para familiares de personas con
dependencia activa, o en las primeras fases de la terapia. También es
importante la experiencia de los familiares, pues son los segundos y, a veces,
los primeros sufridores del alcoholismo de su familiar. Dicha asociación les
sirve de apoyo humano y a veces profesional.
Por no hacer la exposición larga, no es el lugar, voy a ceñirme a unas
breves consideraciones que son importantes.
1º. El alcohol en nuestra cultura es una sustancia con la que hemos
convivido desde niños: la asociamos a celebraciones, a la buena mesa, a las
relaciones sociales. Los actores, sobre todo en las películas de hace años,
fumaban y bebían como un acto de liderazgo; se asociaba a personajes de ficción
que valorábamos. En definitiva, lo vemos como algo inocente y positivo pero, no
lo es
2º. Su poder adictivo es débil, es decir, porque bebamos de vez en cuando
de forma moderada, es difícil que lleguemos a la dependencia. Pero, muy
importante: cuando se llega a la dependencia, es tan difícil o más
deshabituarse que con otras drogas, llámese cocaína, heroína, etc.
3º. En los episodios de intoxicación aguda, tiene repercusiones graves en
el ámbito de la salud, como accidentes de tráfico, de trabajo, legales (agresiones, etc.), sexo con riesgo,
familiares, etc. Otro día tal vez aborde de forma resumida los problemas que
puede provocar.
4º En los pacientes que consumen habitualmente pueden provocar problemas
de salud graves: sobre el sistema nervioso, corazón, páncreas, hígado, embarazos,
impotencia, etc., incluso pueden llevar a la muerte.
5º Las mujeres son más sensibles.
Las cantidades de riesgo son variables. Por dar unas cifras: en el varón
por encima de 80 grs./día. En la mujer 40 grs./día. Para tener idea de los
gramos: un litro de la
bebida consumida tiene en gramos de alcohol, el resultado de multiplicar por 10
los grados de la bebida en cuestión, y el resultado multiplicarlo por 0,8.
Hay que beber de forma responsable: nunca en el trabajo, nunca
conduciendo, nunca en el embarazo. Los niños nunca deben beber alcohol.
Unas preguntas para auto-contestarse y sospechar si puede estar teniendo
algún problema:
•
- Tiene impresión de que debería beber menos?
•
- Le ha molestado la crítica sobre su forma de beber?
•
- Se ha sentido culpable por beber?
•
- Le ha ocurrido tener que beber al levantarse para
calmar los nervios?
Cualquiera de las tres primeras preguntas es sugestiva de riesgo, la
última es sugestiva de dependencia.
Estas breves líneas tratan simplemente de ser una llamada de atención
sobre un problema que parece inocente, pero que es grave y afecta mucho más de lo
que se reconoce. Es la imagen del “iceberg”, que es mucho mayor la parte
sumergida que la que aparece en la superficie. Lo mismo sucede con el
alcoholismo, hay muchos más que los que reconocen su problema. Muy importante:
muchos ni siquiera son conscientes.
En definitiva, estas asociaciones, hacen una labor encomiable en un
problema tan grave como el alcoholismo para quien lo padece y para sus
familias. Los resultados son buenos.
Ángel Cornago Sánchez