Alcohol. Consumo responsable.
Ángel Cornago
Sánchez
En los dos artículos anteriores, he hecho referencia al alcoholismo como
enfermedad de dependencia, y a sus consecuencias sobre la salud en los
distintos órganos y sistemas. Ambos problemas, aparecen consumiendo cierta
cantidad de gramos al día con asiduidad, y durante tiempo prolongado. Me voy a
referir ahora al consumo responsable, entendiendo por tal, el que no nos va a
producir efectos negativos, y nos va a permitir gozar de los efectos positivos
que puede tener.
La cantidad para etiquetar este consumo como tal, debe ser aproximadamente por debajo de los cuarenta
grs. de alcohol al día (en la mujer la mitad), pero hay personas susceptibles
que con esta cantidad pueden presentar síntomas de irritabilidad, incluso
agresividad y embriaguez. En estos casos, las cantidades deben ser menores, e
incluso deben abstenerse, pues son especialmente sensibles.
Una advertencia muy importante es que, para los que ya son alcohólicos
aunque hayan dejado de beber, dichos criterios no sirven. En estos casos la
abstinencia debe ser total y para siempre, pues la dependencia es muy fuerte y
el alcohol se comporta como una potente droga que no permite pequeñas dosis.
Otro aspecto importante que atañe a todos, es que aun con consumo
responsable, no se debe conducir, ni manejar máquinas, ni realizar trabajos de
riesgo. No se debe beber en el embarazo, ni se debe dar a los niños aunque sea en
pequeñas cantidades. Tampoco se debe beber en el trabajo. Ojo a la interacción
del alcohol con medicamentos, sobre todo con tranquilizantes y con los que se
utilizan en psiquiatría: potencian la acción.
El alcohol a pequeñas dosis, produce cierta euforia, favorece la desinihibición
y una actitud positiva para la comunicación, por eso es frecuente tomarlo en
momentos lúdicos, de reuniones familiares o de amigos.
Hay estudios que demuestran que una copa de vino tinto al día mejora el
funcionamiento del corazón, baja la
TA. (más de 40 grs/d. sube la tensión arterial). Parece
prevenir el Alzheimer. Son estudios que pueden estar sesgados por intereses de
los productores y que hay que seguir corroborando.
Resumiendo, el alcohol consumido de forma moderada y ocasionalmente, nos
puede mejorar la actitud en esos momentos especiales que pasamos con amigos o
con la familia, siempre que lo consumamos de forma responsable y no tengamos
que asumir riesgos de conducción, etc. Consumir diariamente una o dos copas de
vino al día, pero siempre menos de 40 grs., parece ser beneficioso, aunque se
debe seguir confirmando con estudios sucesivos.
(De momento, con esto termino el tema del alcohol.)
Ángel Cornago Sánchez
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