sábado, 10 de octubre de 2015

SER ROMPEDOR TIENE RIESGOS

ROMPEDORES
Ángel Cornago Sánchez
Ser rompedor, a veces lleva a replegarte asustado por la repercusión, y, a veces, hasta escándalo que suponen tus ideas, sobre todo entre la clase dominante, incluso entre las personas próximas, que una veces porque intuyen el riesgo que supone, y otras porque la mayoría tienden a aliarse con lo que predomina, con los ganadores de cada momento. Te hacen dudar de que seas un tipo raro.
Falsa sensación. Esta inseguridad provocada por los vulgares, por los conservadores de cada momento, por los tiranizados, por los mediocres, trata de poner freno a todo lo que cambie las reglas de juego, a todo lo que perturbe su aburrida estabilidad.
Los pseudo-progres, son más de lo mismo, disfrazados de rompedores, de nuevos, con conceptos viejos; no buscan que seamos conscientes, reflexivos, analíticos, sino que tratan de vendernos su propia mercancía para que nos convirtamos en sus aliados. Para nosotros será simplemente cambiar de bando si no analizamos concienzudamente sus ideas; los métodos que utilizan no difieren en nada del resto.
El entorno intentará que vuelvas al cauce de la vulgaridad, que ellos llamarán lo correcto y lo civilizado, que sigas los cauces establecidos por el poder correspondiente. Es lo que tratan de hacer todos los poderes, también los que aspiran a conseguirlo, disfrazados de corderos. A ninguno les interesa las mujeres y hombres libres, reflexivos, con criterio, conscientes de sus decisiones, sino adornar sus mensajes con envoltorios sugerentes, en definitiva lo que se dice vulgarmente pero que es muy gráfico: “dorar la píldora”, para que la engullamos más fácilmente.
El camino es otro. Cultivar el librepensamiento; para eso es conveniente beber en diversas fuentes, y darse cuenta de cuales son de fiar y cuales no; algunas se pueden desechar fácilmente por su grosera manipulación, lo mismo que a determinados voceros de medios de comunicación, y a determinadas personas. Otros recurren abiertamente a la mentira para manipularnos, y en un primer momento pueden impactarnos, pero no hay que fiarse, y verificar determinadas afirmaciones, que muchas resultan ser falsas; las lanzan a la redes sociales sin el menor pudor para intoxicar al ciudadano.
También es cierto que una opinión o un pensamiento rompedor, no es garantía de nada. Vemos con frecuencia, letras de canciones, intervenciones públicas, escritos, ideas, que simplemente merecen una mínima atención para desecharlas. Algunas parece que la finalidad es llamar la atención, otras como un medio más de marketing, y otras, con el único mérito de ser llamativas, escandalosas, escabrosas, y a veces incluso de mal gusto.
En este mundo que vivimos, es difícil mantener la honradez intelectual, la reflexión, la deliberación sobre temas que a todos nos atañen, por la agresión constante que supone el intento de manipulación de unos y de otros para conseguir sus intereses partidistas. Y los ciudadanos y ciudadanas nos encontramos en medio, sacudiéndonos a políticos de partidos convencionales que han degradado la vida pública, y atónitos al observar los que parecen llegar, la mayoría con su frivolidad y precario nivel intelectual, sus sectarismos fundamentalistas, y sus gestos alocados para sus aliados. Precisamos un mundo de “Quijotes” con cerebros bien amueblados, honrados, dispuestos a implicarse. En este momento la ciudadanía estamos huérfanos además de hartos. Era malo lo que había, pero mucho de lo que está llegando no es la solución, sino más problemas y tal vez mayores.

Ángel Cornago Sánchez  Reservados derechos.rompedorquijotes



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