ROMPEDORES
Ángel Cornago Sánchez
Ser rompedor, a veces lleva a replegarte asustado por la repercusión, y,
a veces, hasta escándalo que suponen tus ideas, sobre todo entre la clase
dominante, incluso entre las personas próximas, que una veces porque intuyen el
riesgo que supone, y otras porque la mayoría tienden a aliarse con lo que
predomina, con los ganadores de cada momento. Te hacen dudar de que seas un
tipo raro.
Falsa sensación. Esta inseguridad provocada por los vulgares, por los
conservadores de cada momento, por los tiranizados, por los mediocres, trata de
poner freno a todo lo que cambie las reglas de juego, a todo lo que perturbe su
aburrida estabilidad.
Los pseudo-progres, son más de lo mismo, disfrazados de rompedores, de
nuevos, con conceptos viejos; no buscan que seamos conscientes, reflexivos,
analíticos, sino que tratan de vendernos su propia mercancía para que nos
convirtamos en sus aliados. Para nosotros será simplemente cambiar de bando si
no analizamos concienzudamente sus ideas; los métodos que utilizan no difieren
en nada del resto.
El entorno intentará que vuelvas al cauce de la vulgaridad, que ellos
llamarán lo correcto y lo civilizado, que sigas los cauces establecidos por el
poder correspondiente. Es lo que tratan de hacer todos los poderes, también los
que aspiran a conseguirlo, disfrazados de corderos. A ninguno les interesa las
mujeres y hombres libres, reflexivos, con criterio, conscientes de sus
decisiones, sino adornar sus mensajes con envoltorios sugerentes, en definitiva
lo que se dice vulgarmente pero que es muy gráfico: “dorar la píldora”, para
que la engullamos más fácilmente.
El camino es otro. Cultivar el librepensamiento; para eso es conveniente
beber en diversas fuentes, y darse cuenta de cuales son de fiar y cuales no;
algunas se pueden desechar fácilmente por su grosera manipulación, lo mismo que
a determinados voceros de medios de comunicación, y a determinadas personas.
Otros recurren abiertamente a la mentira para manipularnos, y en un primer
momento pueden impactarnos, pero no hay que fiarse, y verificar determinadas
afirmaciones, que muchas resultan ser falsas; las lanzan a la redes sociales
sin el menor pudor para intoxicar al ciudadano.
También es cierto que una opinión o un pensamiento rompedor, no es
garantía de nada. Vemos con frecuencia, letras de canciones, intervenciones
públicas, escritos, ideas, que simplemente merecen una mínima atención para
desecharlas. Algunas parece que la finalidad es llamar la atención, otras como
un medio más de marketing, y otras, con el único mérito de ser llamativas,
escandalosas, escabrosas, y a veces incluso de mal gusto.
En este mundo que vivimos, es difícil mantener la honradez intelectual,
la reflexión, la deliberación sobre temas que a todos nos atañen, por la
agresión constante que supone el intento de manipulación de unos y de otros
para conseguir sus intereses partidistas. Y los ciudadanos y ciudadanas nos
encontramos en medio, sacudiéndonos a políticos de partidos convencionales que han
degradado la vida pública, y atónitos al observar los que parecen llegar, la
mayoría con su frivolidad y precario nivel intelectual, sus sectarismos
fundamentalistas, y sus gestos alocados para sus aliados. Precisamos un mundo
de “Quijotes” con cerebros bien amueblados, honrados, dispuestos a implicarse.
En este momento la ciudadanía estamos huérfanos además de hartos. Era malo lo
que había, pero mucho de lo que está llegando no es la solución, sino más
problemas y tal vez mayores.
Ángel Cornago Sánchez Reservados derechos.rompedorquijotes
Ángel Cornago Sánchez Reservados derechos.rompedorquijotes
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