Con sosiego atolondrado
fluye el vivir del decoro.
Fingido y con petulancia
reclama la salvaguarda
de la moral y costumbres.
Con reglas apolilladas
religiones y poderes
nos invaden las conciencias,
nos crean necesidades
que hipotecan nuestras vidas.
Es un sistema perverso,
más eficaz que la fuerza
para tenernos sometidos.
El porvenir es sombrío
por falta de expectativas.
Estamos adormecidos,
lejos de trocar sistema
que agoniza y nos arrastra.
....
Tampoco hay alternativas.
Solo la espiritualidad,
el renacer de valores,
líderes con ideales.
Ángel Cornago Sánchez
De mi poemario "El mundo en el que habito". Eds. Trabe
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