MISERIA MORAL DE NUESTROS LÍDERES POLÍTICOS.
Ángel
Cornago Sánchez
El momento político actual,
realmente produce desánimo y frustración. Para valorar a las personas, a los
grupos, no basta hacerlo en circunstancias ordinarias, que también, sino cuando
suceden o se enfrentan a momentos trascendentes en los que deben decidir sobre
hechos cruciales. Ya no se trata de ese juego político diario de bajo nivel al
que nos tienen acostumbrados. Ahora se trata de decisiones que tienen
trascendencia para el futuro del país.
En este momento, los ciudadanos,
estamos asistiendo atónitos, hastiados, y cabreados, a la catadura moral de la
mayoría, si no de todos, los líderes con responsabilidad de decidir sobre la
gobernabilidad de España. En vez de ajustarse al mandato de las urnas, de hacer
un gobierno de diversas tendencias, se decantan por sus propios intereses,
disfrazándolos de bien para la comunidad. Y no solo es grave su falta de
escrúpulos, sino que diariamente en los medios de comunicación nos dan muestras
de su bajo, y a veces ínfimo nivel. Difícilmente estos indigentes
intelectuales pueden dirigir un país, cuando están demostrando que, seguramente,
no están capacitados, ni para dirigir una comunidad de vecinos. Pero lo que
realmente preocupa es su miseria moral:
todo vale para conseguir sus fines.
¡Ya está bien! de luchas partidistas
barriobajeras. Ya vale de navajeo. Hasta las puestas en escena son ridículas y
obscenas. Observen a los altos cargos y líderes, cuando comparecen ante los
medios de comunicación: se plantan ante la nube de periodistas con sus cámaras,
en un postureo que les hace sentirse protagonistas, en momentos que viven como
sublimes, casi orgiásticos, pero lo que en realidad trasmiten es estar en el
limbo de la idiocia. Parecen bandas organizadas para engañarnos.
En este momento, es urgente ponerse
de acuerdo para formar gobierno. No se trata de dar un cheque en blanco al
adversario, sino poner cada cual su programa encima de la mesa y negociar un
acuerdo para llevar a cabo en esta legislatura. Si no lo hacen es por
personalismos, ambiciones personales, o muy dudosos beneficios partidistas. No estarán
legitimados para presentarse de nuevo, y deberán dejar paso a otros líderes.
Ángel Cornago Sánchez
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