El
poder de la información
Ángel
Cornago Sánchez
Hoy
más que nunca, tenemos a nuestro alcance la posibilidad de acceder y adquirir
información de los temas más variados. Estamos en la época del conocimiento.
Hasta hace unos años, el único vehículo después de los estudios que cada cual
tuviera, eran los libros más o menos especializados, la prensa, algo la
televisión, la radio, y poco más. Hoy en día el acceso a la “red” nos permite
conocer, además de los temas de enjundia que nos interesan, otros de lo más
variados que pueden atraer puntualmente nuestra atención. El desarrollo de
internet es una herramienta de un valor incuestionable.
La
televisión es otro poderoso medio. Generalmente los programas sobre temas
concretos suelen ser de calidad y fiables, aunque a veces expresan opiniones
que hay que tamizar y contrastar. Si son de temas políticos, son sesgados, a
veces hasta límites que rayan la inmoralidad, y ponen en entredicho la profesionalidad
de los periodistas y reporteros, que están al servicio de las ideologías de las
cadenas que les pagan, que a su vez, pueden estar pagadas con favores o dinero
por los poderes correspondientes; nos venden adoctrinamiento bajo el epíteto de
información.
Otro
aspecto a analizar son los anuncios que se presentan en televisión y en las
emisoras de radio como información sobre diversos productos y temas; objeto
frecuente de estos anuncios suele ser la salud. Muchos aportan datos claramente
falsos, o que no está contrastados, con el único fin de vender tal o cual
producto. Es inmoral, y la comisión que revisa los anuncios, no cumple con su
obligación de controlar que lo que trasmiten sea veraz. La finalidad es que el
ciudadano compre, pero nos engañan sobre las propiedades del producto en
cuestión con una puesta en escena dirigida, no a informarnos verazmente del
producto, sino a que lo consumamos. Es otra de tantas corrupciones.
Considero
debemos ser críticos con lo que tratan de vendernos, sean ideas políticas o
productos. Internet, las redes sociales, los medios de comunicación, tienen un
poder incuestionable, que se pueden utilizar y se utilizan para manejar al
ciudadano.
Ángel
Cornago Sánchez
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