COMPROMISO
Compromiso,
supone una fuerza que nace desde dentro. Es una obligación moral que nos
imponemos voluntariamente. A veces puede coincidir circunstancialmente con leyes, o grupos políticos, religiosos, pero
no es lo mismo que obedecer sus dictados, y manteniendo siempre la
independencia.
El
compromiso nace de los más profundo, y supone asumir la lealtad con uno mismo.
No es una obligación, que generalmente es impuesta por las circunstancias como
puede ser el trabajo, normas de circulación, leyes, etc.
El
compromiso es asumido mediante una reflexión y decidido con un convencimiento
profundo. Cumplir sus dictados, produce sensación de conciencia limpia, sobre
todo si se cumple “a pesar de”. Aumenta la autoestima y da razón de ser a la
propia existencia y a nuestro proyecto de vida como seres individuales. Son
esas obligaciones que nos imponemos y nos hace mejores. Son lealtades con
nosotros, y con los otros, con ideas, con valores, con proyectos altruistas.
Nos hace más humanos, más grandes.
En
esta sociedad en crisis, es necesario un rearme moral y necesitamos crear
compromisos, cada cual en su ámbito, para intentar hacer un mundo mejor, más
justo, desterrando y denunciando la impostura, la mentira, las utilizaciones
por los grupos de poder, no siendo cómplices.
Por
supuesto que no estoy hablando de ser quijotes; me refiero a tomar posturas
ante la vida, incluso contando con que no vamos a ser héroes y que vamos a
cometer fallos. Pero, es imprescindible saber donde está el norte para mejorar
la sociedad y el mundo que nos toca vivir.
Imprescindible,
no estar sometidos a los dictados de grupos de poder, ya sea económicos o
ideológicos. Hay intelectuales de uno y otro signo que son acólitos de sus
grupos, propagadores de sus consignas, o que buscan su utilidad personal. Es la
antítesis del compromiso.
Ángel
Cornago Sánchez
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