LO PSICOLÓGICO EN LA ENFERMEDAD
Dentro de las causas que provocan enfermedad, unas son muy concretas,
otras, aunque desconocidas, nadie duda de que el paciente está enfermo por los
síntomas y lesiones que presenta, pero existen otras, en las que ni los
síntomas tienen entidad clínica, ni se acompañan de alteraciones demostrables.
Me parece importante resaltar esta forma de enfermar. En la práctica clínica
nos encontramos, con frecuencia, después de diversos y a veces numerosos estudios,
con el diagnóstico de enfermedad psicosomática.
Tienen como características: a) El ser de difícil diagnóstico, al que
generalmente se llega por exclusión de un trastorno orgánico después de
múltiples exploraciones. b) El ser consideradas por los médicos como de poca
entidad, a pesar de que hacen sufrir mucho a los pacientes. c) Éstos a su vez,
a menudo, las identifican con “no tener nada”, tal vez por falta de las
adecuadas explicaciones; en consecuencia, se sienten incomprendidos al no encontrar
justificación a sus síntomas. d) Además, son de tratamiento difícil.
Existen discrepancias sobre el concepto de enfermedad psicosomática:
desde los que consideran que enfermedades psicosomáticas son todas, ya que
cuando el ser humano enferma lo hace de forma unitaria, sufriendo su psique y
su soma, hasta los que consideran, en mi opinión erróneamente, que estas
enfermedades son imaginarias. Habitualmente entendemos por tales, aquellas que
se manifiestan por síntomas que son vividos como físicos pero cuya causa es
psicológica. Esta situación, mantenida, según muchos autores puede llegar a
ocasionar lesiones orgánicas.
Otras características importantes: 1) Son muy frecuentes. 2) Se manifiestan
por síntomas físicos sin poder demostrar una alteración estructural o
bioquímica que los justifique. 3) Se acompañan de trastornos psicológicos a
veces muy difíciles de verificar. 4) Generalmente el paciente no es consciente
de que padece un problema psicológico sino físico, por lo que acude al
especialista organicista correspondiente.
Los propios pacientes se niegan
frecuentemente a admitir una causa psicológica, pues la somatización, al fin y
al cabo, es un mecanismo de defensa. Produce menos sufrimiento presentar un
dolor pseudorgánico, que enfrentarse a un conflicto psicológico de difícil
solución.
Debemos dejar claro que el trastorno psicosomático “se siente”: el paciente
no se imagina los síntomas, sino que los percibe del mismo modo que los
orgánicos. Las lesiones de las estructuras son las que diagnosticamos con
cierta facilidad, teniendo muchos más problemas para diagnosticar las
enfermedades psicosomáticas.
También es cierto que, a veces, enfermedades graves se pueden manifestar al
principio por síntomas psicosomáticos. En la práctica clínica es muy importante
hacer una muy buena medicina orgánica, con buena preparación de los
profesionales, utilizando los medios diagnósticos necesarios, teniendo en
cuenta las vivencias psicológicas del paciente y teniendo empatía y comprensión
con sus vivencias y sus temores. En toda enfermedad, aunque sea
fundamentalmente orgánica, hay un componente psicológico que los sanitarios no
debemos dejar de valorar y tratar.
Ángel Cornago Sánchez. De mi libro “Para comprender al enfermo”
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