Somos seres sociales; precisamos vivir en sociedad, y precisamos ser reconocidos por el grupo en que nos movemos; pero no debemos buscar el reconocimiento a cambio de perder nuestra individualidad. Debemos aceptar y potenciar la individualidad de cada cual. Los grupos de poder intentan que seamos gregarios, comparsas para manejarnos más facilmente.
Como ciudadanos tenemos una gran responsabilidad en conseguir una sociedad civilizada, respetuosa con el discrepante, para formar entre todos una sociedad equilibrada
y justa.
Reproduzco un pequeño fragmento sobre el "reconocimiento".
El reconocimiento nos provoca sensaciones positivas, además de estables
si es continuado. Suele ser acumulativo, enormemente importante para la
individualización y la autoestima, y un acicate para llevar a cabo el proyecto
de vida personal. De alguna forma, somos sociales porque precisamos de los
demás, y un aspecto que precisamos, aparte de otros, es el reconocimiento como
ser individual, singular, aceptado y, si es posible, reconocido y querido. El
reconocimiento puede ser negativo, lo que no podemos soportar es ser
transparentes.
Debemos diferenciar reconocimiento de dependencia. Precisamos que nos
reconozcan como «lo que somos», y ese «somos» lo hemos trabajado y establecido
individualmente; es por lo que los demás nos reconocen y valoran. No tiene por
qué ajustarse a las pautas dominantes, antes bien, cuanto menos gregarios y más
diferenciados seamos, es decir, menos dependientes de lo establecido, más
reconocida será nuestra individualidad, para bien y para mal. El
reconocimiento, pues, no es dependencia. Otro aspecto es que nos guste ser
apreciados, valorados, etc., y que de alguna forma lo busquemos.
Precisamos el reconocimiento de los otros. Lo precisamos para
enfrentarlo a nuestra individualidad. Toda coexistencia es un reconocimiento.
Precisamos de los demás para saber que «somos».
Adela Cortina escribe:
Todos los seres humanos
necesitamos el reconocimiento de los otros para llevar adelante una vida
realizada, precisamente porque el individualismo es falso: precisamente porque
el núcleo de la vida social y personal no es el de individuos aislados que un
buen día deciden asociarse, sino el de personas que nacen ya en relación,
nacemos ya vinculados.
Prosigue:
El vínculo del cuidado es el que nos
permite sobrevivir, crecer y desarrollarnos biológica y culturalmente. Pero el
reconocimiento mutuo de la dignidad, de la necesidad de amor y estima, es
indispensable para llevar adelante una vida buena, una vida feliz.[1]
Efectivamente, el individualismo teóricamente puro es falso y, además de
imposible, negativo para ser feliz.
Pero es muy importante el librepensamiento y honradez intelectual para no dejarse manipular por los diversos poderes.
.....
De mi libro "Salud y felicidad". Edt. SalTerrae
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