lunes, 23 de julio de 2018

PROYECTO DE VIDA Y FELICIDAD (Resumen)


            PROYECTO DE VIDA Y FELICIDAD

No tiene relación, necesariamente, con la religión, ni tampoco con la trascendencia. En este caso se trata de «vivir por algo». Tener un objetivo que justifique la trayectoria en la vida. Puede ser el caso de las profesiones vocacionales, como la medicina, la judicatura, la escritura o el arte en cualquier rama, la educación, la de los científicos e investigadores, u otro trabajo que se intente hacer con la máxima calidad. A veces en determinados es difícil por el tipo de ocupación u otras circunstancias, pero hay que intentar, al memos, hacer el "trabajo bien hecho". Y también objetivos individuales, que no necesariamente tengan que ser profesionales o de trabajo como: aficiones, pertenencias a grupos de carácter lúdico, altruistas, etcétera, o cualquier otro que haga sentir la vida plena. Escribe J.A. Marina: «Quien no aspira a nada nunca puede ser defraudado […] La carencia de deseos nos lleva a la abulia. La proliferación de deseos a la insatisfacción permanente».[1]
Por sí mismos estos proyectos de vida son capaces de compensar muchas infelicidades, y de conseguir mucha felicidad; y en todo caso de darle sentido a la existencia. Hay otros muchos factores que influyen en la felicidad.
De mi libro "Salud y felicidad". Edt. SalTerrae


[1] MARINA, J.A., El laberinto sentimental, Anagrama, 1996, p.224.

lunes, 9 de julio de 2018

LA OTRA CORRUPCIÓN, MUY GENERALIZADA


LA CORRUPCIÓN NO SÓLO ES ECONÓMICA
Ángel Cornago Sánchez
La corrupción económica entre los políticos, lleva ocupando las portadas de los periódicos desde hace unos años. Bienvenida sea la denuncia. Era un tema que la democracia tenía pendiente y que había que atajar en una lucha sin cuartel para moralizar la vida pública. Debe ser una actitud de “no retorno” y de continua vigilancia, porque es fácil volver a las andadas.
Hay otras corrupciones, tan graves como las económicas y que se dan a diario sin que tengan eco en la opinión pública, adormecida por tanto dislate que con ella se utiliza.
Los políticos con frecuencia esgrimen medias verdades, y a veces incluso mentiras, para denostar al adversario o para sacar rédito electoral. El “todo vale” para manejar a la opinión, es habitual en el discurso de muchos. A veces, los argumentos son tan simples y groseros que no se mantienen, y se vislumbra claramente que son sesgados. Intentar engañarnos para utilizarnos, eso, también es “corrupción”.
Algunos jueces, dependiendo qué partido les ha votado para formar parte del Consejo del Poder Judicial, o de sus preferencias ideológicas, deciden sus imputaciones e incluso sentencias, llevados por su ideología dependiendo a quien juzguen. Es la perversión de su trascendente función. Este proceder es “corrupción”, tal vez la más grave porque socava los cimientos del derecho de los ciudadanos a una justicia imparcial.
Algunos periodistas, sesgan las noticias, cuando no, ponderan con entrevistas preparadas a determinados políticos, intentando ridiculizar, y a veces hasta envilecer, al adversario. En vez de hacer información para que el ciudadano decida, utilizan informaciones sesgadas, incluso manipuladas, junto a frases o axiomas, unidos a carga emocional para que sean más eficaces. Eso es “corrupción”.
En las redes sociales están aflorando un número no despreciable de personas, cuyos juicios y aportaciones a los debates rayan en la idiocia, en el mejor de los casos, cuando no, en la maldad más pura y dura. Es un segmento de población desconocido hasta ahora, que hace dudar de su nivel intelectual, cuando no de su salud mental por las barbaridades que son capaces de publicar. Tratan de intoxicar, de vomitar su odio.
La corrupción de la que hablo es más solapada, y en general solo la denuncian "los contrarios", pero la ejercen también sistemáticamente.
Necesitamos moralizar la vida pública, y la privada cada cual en su ámbito. No debemos permitir que los grandes poderes económicos nos exploten; debemos defender una distribución justa de los recursos, justicia social, derechos, pero, en la lucha política e ideológica no vale todo. Hay que ser riguroso, buscar la verdad. Precisamos mujeres y hombres libres, no sectarios y corruptos intelectualmente para manipular a los ciudadanos; fundados en valores.
Ángel Cornago Sánchez
Fotografía: Málaga hace dos años.