LA CORRUPCIÓN NO
SÓLO ES ECONÓMICA
Ángel Cornago
Sánchez
La corrupción
económica entre los políticos, lleva ocupando las portadas de los periódicos
desde hace unos años. Bienvenida sea la denuncia. Era un tema que la democracia
tenía pendiente y que había que atajar en una lucha sin cuartel para moralizar
la vida pública. Debe ser una actitud de “no retorno” y de continua vigilancia,
porque es fácil volver a las andadas.
Hay otras
corrupciones, tan graves como las económicas y que se dan a diario sin que
tengan eco en la opinión pública, adormecida por tanto dislate que con ella se
utiliza.
Los políticos
con frecuencia esgrimen medias verdades, y a veces incluso mentiras, para
denostar al adversario o para sacar rédito electoral. El “todo vale” para
manejar a la opinión, es habitual en el discurso de muchos. A veces, los
argumentos son tan simples y groseros que no se mantienen, y se vislumbra
claramente que son sesgados. Intentar engañarnos para utilizarnos, eso, también
es “corrupción”.
Algunos jueces,
dependiendo qué partido les ha votado para formar parte del Consejo del Poder
Judicial, o de sus preferencias ideológicas, deciden sus imputaciones e incluso
sentencias, llevados por su ideología dependiendo a quien juzguen. Es la perversión
de su trascendente función. Este proceder es “corrupción”, tal vez la más grave
porque socava los cimientos del derecho de los ciudadanos a una justicia
imparcial.
Algunos
periodistas, sesgan las noticias, cuando no, ponderan con entrevistas
preparadas a determinados políticos, intentando ridiculizar, y a veces hasta
envilecer, al adversario. En vez de hacer información para que el ciudadano decida,
utilizan informaciones sesgadas, incluso manipuladas, junto a frases o axiomas,
unidos a carga emocional para que sean más eficaces. Eso es “corrupción”.
La corrupción de la que hablo es más solapada, y en general solo la denuncian "los contrarios", pero la ejercen también sistemáticamente.
Necesitamos moralizar la vida pública, y la privada cada cual en su
ámbito. No debemos permitir que los grandes poderes económicos nos exploten;
debemos defender una distribución justa de los recursos, justicia social,
derechos, pero, en la lucha política e ideológica no vale todo. Hay que ser
riguroso, buscar la verdad. Precisamos mujeres y hombres libres, no sectarios y
corruptos intelectualmente para manipular a los ciudadanos; fundados en valores.
Ángel Cornago Sánchez
Fotografía: Málaga hace dos años.
Fotografía: Málaga hace dos años.
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