Los
mindundi
No
hace mucho tiempo, leí el calificativo que dedicaba una persona se supone que
culta e instruida, a intelectuales no conocidos, o a personas que cultivan y
trabajan el pensamiento, aunque no están en los podios de la fama, o ni
siquiera son conocidos. Los etiquetaba de “mindundi”, en general, para
denostar sus opiniones. Mindundi, quiere decir “don nadie”; persona de escasa importancia.
Por
supuesto, no estoy de acuerdo. Yo creo que casi nadie es “mindundi”, excepto
los “faroleros”, los petulantes, que piensan que por su posición o por su
título tiene ganada la acreditación de sus opiniones. También, somos testigos
con frecuencia, de ídolos de cartón piedra, de papel couché, de tertulianos de muy
dudoso nivel, de deportistas, etc. que se permiten, fundamentalmente en las
televisiones, opinar sobre los más diversos temas, desde los púlpitos que le
proporcionan los medios de comunicación, en un enfoque generalmente frívolo.
En
mi ya larga vida, he escuchado opiniones agudas, certeras y de análisis
inteligente de situaciones, a personas sin formación académica, y he sido
testigo de opiniones vacuas y frívolas de personas con títulos académicos.
El
respeto a las opiniones de cada cual hay que ganárselo, no depende de los
títulos. De hecho, estamos asistiendo en el momento histórico que vivimos a
personas de bajísimo nivel intelectual ostentando puestos de responsabilidad, que
piensan que están ahí para sacarnos de la ignorancia y para regir nuestros destinos.
Creo que nunca ha habido tanto “mindundis” en este país. Y lo grave es que, como no podría ser de otra manera, no se
saben ignorantes y se creen con derecho a impartir magisterio, e incluso a dirigir nuestras vidas. Suelen tener
un tufo totalitario y escasito en valores. Para mí, estos son los verdaderos
“mindundis” que tenemos que soportar.
Ángel Cornago Sánchez. Derechos reservados, 2016
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