Cuando me refiero a intelectualización, aludo al cultivo de la mente,
pero fuera del aprendizaje obligatorio de la escuela o de la universidad; fuera
de los conocimientos meramente técnicos de las profesiones, que pueden
establecer las bases, si no de la búsqueda individual de nuevas respuestas, de
progresar en lo ya aprendido y experimentado, basado en una cultura humanista.
También, como ciudadano comprometido y responsable, rastreando respuestas a los
problemas del entorno social, a preguntas existenciales.
Puede ser la búsqueda del investigador; del artista; del profesional
vocacional; del ciudadano que cultiva las artes, la técnica, las ciencias o,
incluso, una afición, pero no como mero entretenimiento, sino como disfrute en
busca de nuevos registros, con sosiego. «El artista ha sido siempre inquieto y
apasionado, pero paciente. La paciencia es, como la valentía, una actitud
indispensable para la actividad creadora».[1]
No es preciso que sean descubrimientos nuevos ni importantes para la
sociedad, basta que lo sean para cada cual, y que con eso el individuo se
sienta satisfecho.
Si busca el reconocimiento del entorno, el tema tiene otros matices. A
veces podrá ser, pero otras no. Lo mejor es que no esté sujeto a esta
circunstancia; aunque, en determinadas actividades, por ejemplo en las artes,
se precisa el mensaje de retorno. La felicidad que produce es de alto
rango. No se trata de llegar a una meta,
sino el cultivo en sí. Produce etapas muy frecuentes de lo que Seligman llama
fluidez, es decir, de estados de conciencia en que no se es consciente de que
el tiempo transcurre.
La meditación desde la espiritualidad, o desde la religión, es otro
camino para conseguirlo. Lo hacen el budismo, el cristianismo, los yoguis, y
cualquier persona en busca de su individualidad.
El registro está fuera de los conocimientos técnicos. Se puede ser titulado en una carrera universitaria, y ser un buen técnico, pero ser analfabeto funcional en temas que atañen a las relaciones humanas o al humanismo en general. (humanismoespiritualidad)
El registro está fuera de los conocimientos técnicos. Se puede ser titulado en una carrera universitaria, y ser un buen técnico, pero ser analfabeto funcional en temas que atañen a las relaciones humanas o al humanismo en general. (humanismoespiritualidad)
Ángel Cornago Sánchez.
De mi libro "Salud y felicidad" Edt. SalTerrae.
Fofografía. Ángel Cornago.
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