Acabo de ver en el
cultural de un periódico, la referencia a un autor del que aporta la fotografía
de sus cuadros. Lo podían haber hecho unos niños jugando. A mi juicio
representa la banalidad del arte en este momento; por supuesto no de todo el
arte, ni mucho menos. Al que lo contempla, le provoca la sensación de que no es
lo suficientemente entendido para valorarlo; que esa obra está en una dimensión
a la que no consigue llegar. Hay personas que, un tanto avergonzadas tratan de
disimularlo y llegan a decir que les gusta, incluso hacen comentarios
interpretativos que, para los no acomplejados, suenan ridículos.
Considero que, dentro
de cien o doscientos años, estas obras se pondrán como ejemplo de la decadencia
y crisis social y cultural que padecemos.
Sucede con todas las
artes. Tal vez depende de la banalización que estamos viviendo en todos los
ámbitos de la vida: crisis cultural, de valores, crisis de ideales, crisis
política con líderes desnudos de ideales sólidos, que buscan intereses propios
más que de la sociedad a la que representan. Postureo en la comunicación para
el manejo de los ciudadanos…
La historia ha sido
cíclica. Los que tenemos años sufrimos una dictadura, pero como reacción había
movimientos políticos en la clandestinidad, con personas de alto nivel
intelectual y moral. Hoy los dirigentes, tal vez por la deriva de la corrupción
política, y los que intentan llegar al poder, presentan, en general, muy bajo
nivel moral e intelectual. Incluso florecen los grupos totalitarios. Es otro
dato de la decadencia actual.
Ángel Cornago Sánchez