NACIONALISMOS
Los nacionalismos tienen aspectos positivos, que pueden ser
asumidos con gusto por la población, el principal, el no verse engullidos por
la globalización en la que todos estamos inmersos, en cuanto a consumos, ideas
políticas y manejo.
Estamos manipulados por diversos suprapoderes económicos e
ideológicos. Los medios de comunicación, principal fuente de información, son
propiedad de dichos poderes. Intentan hacer adeptos con programas frívolos,
para después lanzarnos los mensajes que les interesa. No les interesa personas
con criterio, quieren analfabetos funcionales para manejarnos mejor. No es nada
nuevo, el poder siempre ha utilizado métodos para tener sometida a la
población. Los señores feudales y las dictaduras de izquierdas y de derechas
utilizaban la fuerza. Esta forma de dominio, es más sibilina. Estamos, en una
democracia maniatada.
Teóricamente, el nacionalismo sería refugio y defensa contra
estos males. La identidad nacional, la tribu, en contraposición a la
globalización que tiende a convertirnos en manada, es sugerente. El
nacionalismo pondera conservar costumbres, folklore, cultura, valores, en
definitiva, conservar las raíces y, en teoría, vivir una vida más humana.
No hay que olvidar que la globalización también es progreso.
Gracias a ella los saberes se han universalizado, la cultura, los avances
científicos. Algo a lo que no se puede renunciar.
Pero, un nacionalismo así, es soñar. Sería un estado ideal,
pero difícilmente se puede llevar a la práctica. Los “tiburones”, se
encargarían de conseguir poder para manipular a la tribu. Los dictadores de
izquierdas y de derechas intentarían, de forma sibilina o a la fuerza
manejarnos. Los idealistas, casi siempre se quedan por el camino en la lucha
por el poder. Los que llegan no son los mejores. Suelen ser los más
avariciosos, crueles, los de menos escrúpulos, a veces incluso psicópatas. Hay
estudios suficientes que lo avalan. Hay excepciones.
El nacionalismo sería remedio ante la globalización, regidos
por sistemas fundados en valores y, realmente democráticos, asumiendo los
avances de la globalización. Este es un ideal tal vez imposible de alcanzar.
Abundaré sobre el tema.
Fotografía, Motilla de Daimiel
Ángel Cornago Sánchez