CRISIS
Vivimos una época en la que estamos mancillando
palabras y conceptos nobles, altruistas. Con el mayor descaro se utilizan palabras
como democracia, libertad, liberación, progresismo, justicia, etc. no en aras
de hacer énfasis en su significado para conseguir los fines nobles
que representan para la sociedad, sino para bajo su lema solapar fines
particulares o de grupo, interesados, y muchas veces corruptos, con objeto de
revestirse para conseguir sus fines engañando a la colectividad.
No hay
nada tan ruin como utilizar este sistema. Amparados en ideas nobles aceptadas y
apoyadas por la mayoría, engolan la voz al pronunciarlas con firmeza, y las
utilizan como argumento básico, escondiendo debajo otras muy aviesas
intenciones. Cuando estos mecanismos los utiliza “el poder”, la posibilidad de escapar
a estos argumentos es muy difícil y, mucho más, cuando el nivel concienciación en
nuestro país es bajo, y cuando casi no se tiene otro sistema de información que
el manejado por "los poderes".
No soy
experto en historia, pero no sé si habrá habido época tan equívoca como esta
donde lo que se vende son unas siglas o un concepto teóricamente justo y de
valor, para bajo su sombra realizar los mayores desafueros. Es más noble el que
muestra al descubierto sus ideas y sus fines; es la forma noble de contraponer
unas ideas con otras para valorarlas y debatirlas. Es la esencia de la
democracia. El sistema de ocultar las verdaderas intenciones, utilizando
lenguaje y modos aceptados por todos, pero que, en su praxis significan exactamente
lo contrario, es manipular a la ciudadanía.
Los ciudadanos
nos estamos cansando de estar en manos de tanto desaprensivo, por utilizar un
calificativo suave, es como si estuviéramos viviendo la época dorada de este
tipo de gente; los tenemos muy extendidos en grandes y pequeños ámbitos de
poder. Es un síntoma clave del peligro en que está inmersa nuestra sociedad en
el momento actual. Me pregunto si, con los medios de comunicación en manos del
poder correspondiente tendrá solución, o los ciudadanos estaremos sometidos por
estrategias diseñadas en los despachos y manejada por los grupos en cuestión. Sería
una democracia pervertida, disfrazada, en manos de poderes obscenos. Esto es una selva, pero los
depredadores probablemente nunca habían sido tan peligrosos, y la posibilidad
de defenderse de ellos tan difícil, precisamente por el disfraz. Contra las
dictaduras sin disfraz es más fácil defenderse, porque se tiene claro donde
está el enemigo.
Ángel Cornago Sánchez. Derechos reservados