LA MODA DE LOS MINDUNGUIS
Hace tiempo, leí el calificativo que
dedicaba una persona, un tanto “guay”, soberbia y petulante, se supone que
culta e instruida, a intelectuales no conocidos, o a personas que cultivan y
trabajan el pensamiento, aunque no están en los podios de la fama. Los
etiquetaba de “mindunguis”, en general, para denostar sus opiniones. Mindungui,
quiere decir “don nadie”, persona sin importancia, sin influencia.
Por supuesto, no estoy de acuerdo. Creo
que casi nadie es “mindungui”, excepto los faroleros, los frívolos, los
petulantes, que piensan que por su posición o por su título tiene ganada la
acreditación de sus opiniones. También, somos testigos con frecuencia, de
ídolos de cartón piedra, de papel couché, de tertulianos de muy dudoso nivel,
de deportistas, etc., que se permiten, fundamentalmente en las televisiones,
opinar sobre los más diversos temas, desde los púlpitos que le proporcionan los
medios de comunicación, en un enfoque generalmente frívolo y decadente. Estos
medios de comunicación promocionan en sus televisiones este tipo de tertulias y
personajes que, poco pueden aportar a la sociedad, antes, al contrario,
decadencia disfrazada de entretenimiento.
En mi ya larga vida, he escuchado
opiniones agudas, certeras y análisis inteligentes de situaciones, a personas
apenas sin formación, y he sido testigo de opiniones vacuas a personas con
títulos académicos.
Por otra parte, todas las personas podemos opinar, tenemos derecho a ello, pero el respeto en el sentido de acreditación, de las opiniones de cada cual hay que ganárselo, no depende de los títulos. De hecho, estamos siendo testigos desde hace años y también en el momento histórico en que vivimos, de personas de nivel intelectual y moral muy bajo ostentando puestos de responsabilidad, que piensan que están ahí para sacarnos de la ignorancia y regir nuestros destinos. Creo que nunca ha habido tanto “mindungui” en este país ostentando puestos de responsabilidad. Y lo grave es que, no se saben ignorantes y se creen con derecho a dirigir nuestras vidas, simplemente por el puesto que ocupan. Suelen tener un tufo totalitario, escasitos en valores, y escasitos de inteligencia. Para mí, estos son los verdaderos “mindunguis” que tenemos que soportar.
Ángel Cornago Sánchez
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