EL MEDIO EN QUE VIVIMOS
Actualmente no nos
adaptamos al medio, como hicieron nuestros congéneres durante muchos siglos, no
porque fueran respetuosos, sino porque no disponían de sistemas ni
conocimientos para poder transformarlo. Hoy, tendría justificación si lo transformáramos
para “poder vivir”. Pero en los dos últimos siglos, lo que hemos hecho
fundamentalmente, lo que hacen los poderes, es transformar el medio no para
poder vivir, sino para explotarlo y sacar de él cuanto más beneficio mejor. Esa
trasformación lo va destruyendo sin tener en cuenta sus consecuencias en los
humanos, en el resto de los seres vivos y en las generaciones venideras.
Incluso, ese beneficio
actual que persiguen no es para la mayoría, sino para unos pocos, para sus
grupos de poder, que les va a permitir seguir teniendo dominio; es una
actuación que se retroalimenta. Es perversa.
Lo más grave, a mi
entender, de este proceder, es que va en la esencia del ser humano. No somos
solidarios, somos seres que compiten, y no por lo necesario, que tendría lógica,
sino por dominar. No todos los humanos, pero sí las castas dominantes.
¿Podemos ser de otra manera?
Soy pesimista. Incluso grupos políticos que se revisten de progresía, predican
comportamientos sociales éticos, teóricos valores, etc., pero en su praxis,
detrás de su prédica ética e idealista, hay mentiras, comportamientos perversos
justificando sus maldades por el teórico fin que persiguen; la historia es
terca. Además, se sienten redentores y se comportan como las peores clases
dirigentes manipulando todo.
Creo que la salvación
está en la mayoría de los ciudadanos, siendo reflexivos y críticos con la
información que recibimos de los distintos medios de comunicación, detrás de
los cuales hay grupos de poder interesados en manipular la información para
manejarnos. Potenciar los valores, no todo vale; los valores humanistas, el
arte, la cultura, que son las facetas más evolucionadas que poseemos y hace
ciudadanos más críticos, más capaces.
La democracia es el mejor
de los sistemas, porque si sus mecanismos de vigilancia funcionan como deberían,
aunque frecuentemente no es así, hay un continuo control que va corrigiendo y
castigando los desajustes.
Para los ciudadanos
concienciados, es más fácil luchar contra las dictaduras, pues es fácil
identificar al enemigo y sus mecanismos, que contra democracias manipuladas
revestidas de teóricos ideales.
Ángel Cornago Sánchez
Fotografía; Ángel Cornago. Bardenas reales.
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