jueves, 17 de febrero de 2022

INFORMACIÓN Y PODER


 

INFORMACIÓN

 

Vivimos un momento histórico en el que la información está al alcance de todos, lo cual es muy positivo. Me refiero a noticias políticas, sociales, científicas y culturales que suceden en nuestro entorno próximo, en nuestro país, incluso lo que sucede en el mundo. Somos ciudadanos en un mundo globalizado y en consecuencia sujetos de opinión, mucho más informados que hace menos de cien años, cuando nuestros abuelos conocían su entorno próximo y, poco más. Hoy en día los sucesos y la difusión al resto del mundo casi son instantáneas, con algunas salvedades.

Debería traslucirse en un aumento de la cultura y de la formación como ciudadanos y, en consecuencia, de criterio a la hora de tener opiniones. Todos podemos saber un poco de todo, y más, de temas que nos interesen. En principio es positivo, porque todo lo que suponga que lo miembros de la sociedad seamos más cultos, entendiendo por cultura no solo conocimientos, sino más reflexivos, con capacidad para asumirlos o criticarlos, lo que debería traslucirse, en que, al estar mejor informados, deberíamos ser más difícilmente manipulables.

Así debería ser, pero no lo es. Estamos en una época de decadencia. Sabemos más, o al menos tenemos posibilidades de saber mucho más. Tenemos muchos conocimientos, pero poco asumidos, no digeridos, y muchos de ellos preparados para manejarnos, preparados y aderezados para ser interiorizados como los peces tragan el cebo artificial, preparado por los poderes políticos y medios de comunicación a su servicio. Mucho de lo que asumimos como información son cebos interesados para el manejo. Nunca como ahora, porque en el momento histórico que vivimos los medios de comunicación son más potentes y generalizados, principalmente emisoras de radio y televisiones. Pero estos medios que consumimos diariamente, no pocos, están en manos de poderes políticos y económicos interesados. Conocemos muchas noticias, pero preparadas para que asumamos el mensaje que desean.

Somos menos libres, aunque parezca lo contrario. Es un manejo sibilino; más eficaz que la fuerza para manipularnos. Vivimos en “democracias manipuladas”, con noticias en contenido y en la forma de pregonarlas motivadas por tacticismos.

Además, no todo lo que está en las redes es cierto. Por una parte, están las noticias falsas manejadas por grupos interesados; hay multitud de opciones sobre muy diversos temas, pero muchos de ellos no verificados; es fácil que tengamos acceso y podamos opinar sobre cualquier tema. Pero todo lo que hay no es de calidad, no tiene enjundia, no está demostrado, o está destinado a manipular. Entre tanta maraña de información es fácil desorientarse y beber conceptos falsos.

Por todo lo cual, debemos estar formados e informados siempre y, más en este momento, en la reflexión y en el análisis cuidadoso de lo que leemos y de lo que pretenden vendernos a veces como ideales. Eso se logra formando nuestra capacidad de juicio. No es cuestión de tener muchos conocimientos, sino ser rigurosos en el análisis, en la independencia, en la honradez intelectual, en beber en diversas fuentes y tener criterio propio. Hay que revisar lo que intentan vendernos, sobre todo los partidos políticos, asociaciones, grupos económicos, líderes, etc. No pocos seguramente no pretenden hacerlo justamente, sino que les “compremos” su interesada mercancía, e incluso que nos hagamos acólitos de sus grupos. En definitiva, utilizarnos para seguir gozando de sus privilegios.

 

Ángel Cornago Sánchez

Fotografía: propia. Frías





 

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