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viernes, 5 de mayo de 2017
viernes, 17 de marzo de 2017
LA SOLEDAD. UNA FORMA DE SUFRIMIENTO
La soledad
Tal vez la soledad es una de
las mayores circunstancias de sufrimiento. Soledad es una sensación
psicológica, en la que la persona se siente desconectada del mundo que le
rodea, y su ámbito psicológico se mueve en su propio mundo. La soledad se puede
buscar y, en ese caso, suele ser positiva, incluso, es psicológicamente
saludable buscar de vez en cuando el estar solos, para ayudarnos a poner en
orden nuestro mundo interior. En todo caso son soledades durante un lapso de
tiempo, en general, no muy dilatado. En otras ocasiones, las soledades se
padecen. Habitualmente se deben a incapacidad psicológica para comunicarse con
el entorno, lo cual constituye una enfermedad, o porque las circunstancias
sociales o familiares lleven al aislamiento, que es el caso de muchas personas.
Se puede estar rodeado de
gente y estar solo, incluso conviviendo con la pareja y con los hijos. De
hecho, es frecuente que, en la convivencia entre personas, la comunicación se
reduzca a frases estereotipadas, incluso a silencios más o menos intencionados;
es una forma de vivir en soledad. La soledad aparece cuando no te puedes
comunicar con las personas que te rodean a un nivel más íntimo, a un nivel más
profundo, de tal forma que puedas compartir tus preocupaciones, tus miedos, tus
angustias, mostrar tus debilidades... Es la característica fundamental. Ocurre
en muchas parejas que, aunque no discutan ni tengan enfrentamientos, tampoco se
comunican a un nivel profundo. Algo se puede paliar con los afectos, pero al
fin y al cabo el afecto es una forma importante de comunicación. Aunque,
incluso la comunicación intrascendente, es mejor que la falta de comunicación,
pues detrás de las palabras, existen consideraciones, afectos, respeto... que
de alguna forma es percibido de forma positiva. Aunque detrás de los silencios
también puede haber desprecio e incluso agresividad. En definitiva, el
requisito importante y básico para no estar solos, es comunicarnos.
Es frecuente que personas
que viven solas tengan una mascota con la que hablan y trasmiten afectos que,
de alguna forma, viene a paliar, a veces de forma importante, su soledad; las
mascotas en algunos casos llegan a representar algo simbólico, dándoles tanta
importancia o más que a los seres humanos.
El anciano padece con frecuencia
sensación de soledad. Por una parte porque en realidad viven solos y sus
posibilidades de comunicación y transmisión de afectos están muy limitadas. Por
otra parte, el anciano en la sociedad actual carece de interés para los que les
rodean: representa lo caduco, lo débil, lo enfermo, incluso se siente rechazado
desde lo físico. En definitiva, representa la muerte y la próxima finitud de la
vida, y eso la sociedad actual no lo digiere.
La soledad ocasiona
ensimismamiento en el propio mundo, sobre todo pasado, melancolía, tristeza,
depresión, sufrimiento. También es un factor de riesgo para padecer dolencias
físicas, al mismo nivel que la hipercolesterolemia, la obesidad o la
hipertensión arterial como publicó la revista Science. La socióloga Mª Teresa Bazo[i] en un
trabajo muy interesante, descubre que la variable fundamental para determinar
el grado de salud percibida, es el sentimiento de soledad. De los resultados
obtenidos se desprende, que varones y mujeres se sienten en mejor estado de
salud cuando no experimentan soledad, y las personas de menor edad pero
solitarias, se sienten tan enfermas como las de mayor edad.
De mi libro "Para comprender al enfermo". Edt. Sal Terrae.
[i] Citado por Bayes.
Psicología del sufrimiento y de la muerte. Martinez Roca. Barcelona 2001. p:
100
jueves, 28 de julio de 2016
SILENCIO: PAZ O DESOLACIÓN
¿SILENCIO ES LA NADA?
¿El silencio es la nada?
Melodías aladas resuenan en el alma…
o hielo y amargura encubren la mirada…
Cosmos envolvente.
Cuerpo hecho en ovillo.
No existe.
Inmensidad cerrada.
Plano infinito.
Felicidad o lágrima.
De mi poemario: "El mundo en el que habito". Eds. Trabe.
¿El silencio es la nada?
Melodías aladas resuenan en el alma…
o hielo y amargura encubren la mirada…
Cosmos envolvente.
Cuerpo hecho en ovillo.
No existe.
Inmensidad cerrada.
Plano infinito.
Felicidad o lágrima.
De mi poemario: "El mundo en el que habito". Eds. Trabe.
domingo, 21 de febrero de 2016
EL SILENCIO
SILENCIO
¿El silencio no es nada?
Es la forma de aplacar
nuestra conciencia
cuando está sobresaltada y aturdida.
Como tantas veces,
los ruidos y artefactos del vivir
alborotan las entrañas
formando sobresaltos angustiosos.
Busco el silencio, la soledad,
línea plana sin fin,
respirar hondo,
músculos y facciones relajados.
Búsqueda del cosmos.
En el silencio reposa
nuestra calma
y aparece de nuevo la paz,
que poco a poco apaga
los ruidos que profanan
la conciencia.
Ángel Cornago Sánchez.
De mi poemario "El mundo en el que habito". Eds. Trabe.
¿El silencio no es nada?
Es la forma de aplacar
nuestra conciencia
cuando está sobresaltada y aturdida.
Como tantas veces,
los ruidos y artefactos del vivir
alborotan las entrañas
formando sobresaltos angustiosos.
Busco el silencio, la soledad,
línea plana sin fin,
respirar hondo,
músculos y facciones relajados.
Búsqueda del cosmos.
En el silencio reposa
nuestra calma
y aparece de nuevo la paz,
que poco a poco apaga
los ruidos que profanan
la conciencia.
Ángel Cornago Sánchez.
De mi poemario "El mundo en el que habito". Eds. Trabe.
sábado, 14 de noviembre de 2015
LA INVASIÓN SILENCIOSA HA PASADO A LA SIGUIENTE FASE.
LA INVASIÓN SILENCIOSA
Ángel
Cornago Sánchez
Roma fue el imperio más grande e importante del mundo civilizado en los
últimos siglos previos a nuestra era, hasta el siglo IV. A principio del siglo
V, después de muchos años de prosperidad y desarrollo, sufrieron invasiones de
los bárbaros (bárbaros llamaban a los
que no eran romanos, fundamentalmente a los pueblos del norte de Europa), y el
año 476 la ciudad de Roma es invadida, lo que supuso la caída del Imperio.
Entre las causas, además de la invasión, la deriva social: desde hacía muchos
años la corrupción había hecho mella en aquella sociedad desarrollada, y la
moral, la ética y las costumbres degradadas, habían arraigado profundamente en sus
dirigentes y en la población. Además, en sus ejércitos, muchos de los soldados
provenían de los pueblos conquistados, probablemente alistados con este
objetivo. Se produjo la irremediable caída del Imperio.
En este momento, en el mundo occidental civilizado se están produciendo
unas condiciones similares. Occidente, somos el ejemplo de sociedad
desarrollada, pero en este momento decadente, corrupta, donde prima el dinero,
la individualidad, sin valores sólidos; no nos movemos por ideales, lo hacemos
por alcanzar bienes materiales superfluos, por la vida fácil, la explotación de
los demás… En España, muchos dirigentes de uno y otro signo, dejan mucho que
desear; no tienen sentido de Estado, que es su primera obligación; se mueven
por intereses partidistas; intervienen en foros, en medios de comunicación, tratando
temas de enjundia, con una frivolidad, sesgo y falta de responsabilidad que
raya en lo inmoral, con el fin, no de aportar su visión para mejorar
situaciones, sino simplemente de arañar algún voto al adversario. Hay
ciudadanos que no son mucho mejores; basta observar en los foros sociales, intervenciones
claramente incendiarias, con el único fin de desestabilizar la situación, sin
intención de aportar su visión personal, constructiva, razonada por muy
discrepante que sea.
Somos una sociedad vulnerable por la decadencia de
valores, y por la división interna. Es preciso con urgencia un rearme moral, que es la columna vertebral que sostiene a los pueblos como tales, liderada de momento por los gobernantes ejerciendo su acción, no con los sistemas caducos y que huelen a naftalina de conseguir o mantener el poder con leyes y procedimientos partidistas, sino con el designio de crear otro basado en la moralidad y la ética, con liderazgo que nos aúne, en busca de una sociedad distinta, dispuesta a conservar sus valores y a defenderse de los bárbaros que nos están invadiendo.
Los bárbaros del siglo XXI están ya aquí. Están, estratégicamente
preparados, muchos de ellos viviendo en nuestras ciudades, en una invasión
silenciosa, donde se han infiltrado elementos belicosos. No tienen límites
éticos, para ellos vale todo, aprovechándose de una sociedad que tiene como
bandera el respeto a las libertades, algo que debe ser irrenunciable, pero que
nos hace más vulnerables. Intentan dominarnos para imponernos sus costumbres,
su religión interpretada de forma perversa, privarnos de la libertad, y todo
ello con la fuerza que da el fanatismo de saberse ungidos por una deidad que
les va a llevar a su paraíso.
El tema es muy grave. Esta sociedad tiene muchos fallos, defectos graves,
pero lo que nos quieren imponer es mucho peor, es una atrocidad, y los medios
son salvajes. Debemos estar preparados para hacerles frente. Debemos estar
unidos.
Mi más considerado respeto, al islam, como a cualquier otra religión, a
las personas que lo profesan y están integradas en nuestra sociedad, ellos
también están siendo víctimas de la situación, y merecen nuestro apoyo, pero debemos defendernos de esta invasión.
La invasión silenciosa ha pasado a la fase de la acción.
Ángel Cornago Sánchez.
Ángel Cornago Sánchez.
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